بسم الله الرحمن الرحيم

Testimonio de una mujer musulmana en Latinoamerica

Sobre usar el hiyab en Latinoamérica

Me sucede a menudo que la gente piensa que soy extranjera cuando me ven con mi atuendo islámico y no pueden concebir que una mujer latina elija por propia convicción vestirlo, pero, esa sorpresa se acrecienta, positivamente,  cuando escuchan de los derechos que Allah nos dio a las mujeres, que son temas totalmente desconocidos en una Latinoamérica llena de mala prensa hacia los musulmanes.

Elijo el hiyab no solo como acto de fe, sino también, haciendo valer mi derecho a la identidad, como una expresión de libertad.  Sumado está el deber de enseñarle a nuestros niños a que sientan orgullo por su identidad y que vivan con naturalidad el hecho de ser musulmanes, puesto que si yo tuviera vergüenza de usar mi velo en una sociedad donde no es común ¿Qué le enseñaría a mis hijos y niños de mi comunidad? Quiero promover la alegría que sentimos por ser musulmanes, pero también hacer hincapié en el hecho de que como tales debemos obrar con el ejemplo para así extirpar concepciones erróneas; por esto también sé que los no-musulmanes me ven como un reflejo de lo que para ellos es el Islam, una tarea difícil, ya que debo tratar de dar una imagen positiva.

El hiyab, no me limita a realizarme como persona, lo uso en la universidad y en el trabajo, se vuelve parte cotidiana de la vida de los que me rodean, hasta el punto que ellos mismos defienden al Islam cuando son testigos del prejuicio. En un mundo donde proponen que para liberarte de la opresión debes quitarte ropa, el hiyab da testimonio de que lo que libera a la mujer de la cosificación está en sus ideas y cuando la gente se deja de interesar sobre la belleza estética femenina, comienza a prestar atención a sus ideales.

Tec. Agustina Velazco.

Buenos Aires – Argentina