La espiritualidad en el Islam

La espiritualidad en el Islam

En el nombre de Dios el clemente y misericordioso

Todas las alabanzas son para Allah atestiguo que no hay DIOS mas que Dios y que el Profeta Mujamad es su siervo y mensajero.

 

La  definición de espíritu: es aquella substancia que naturalmente es independiente del cuerpo», esto es, que naturalmente puede existir sin el cuerpo».

También el origen del uso de la palabra “espíritu” se encuentra en las discusiones que tuvieron lugar entre la gente que creía en la existencia de Dios, frecuentemente usando palabras tales como “espíritu” y “espiritualidad” para argumentar la existencia de un creador.

No hay pueblo alguno,  que no profese alguna religión; y toda religión profesa de alguna manera el Espiritualismo, que está íntimamente unido con la creencia en la existencia de Dios y la supervivencia del alma.

El término espiritualidad (del latín espíritus, espíritu), depende de la doctrina, escuela filosófica o ideología que la trate, así como del contexto en que se utilice.

En un sentido amplio, significa la condición espiritual  habitualmente la intención de experimentar estados especiales de bienestar, como la salvación o la liberación, conexión con el creador,  Se relaciona  con la práctica de la virtud

En el occidente se relacionó habitualmente el término con doctrinas y prácticas religiosas, especialmente en la perspectiva de la relación entre el ser humano y un ser superior (Dios), así como con las doctrinas relacionadas con la salvación del alma, aunque actualmente se ha ampliado mucho su uso, y no son éstas las únicas formas en que se hace uso del término.

Igualmente, puede entenderse sin referencia alguna a ningún ser superior o exterior al ser humano, utilizándose el término para referirse a una «espiritualidad atea», o «sin dios».

Aquellos que eligieron el camino secular, estaban convencidos de que no podían satisfacer las demandas de la espiritualidad, y por ello llevaban vidas muy materialistas en  todas las esferas de la actividad mundanal, ya sea social, política, económica o cultural, fueron privadas de la luz de la espiritualidad. El resultado fue la injusticia y la tiranía.

Por el contrario, aquellos que querían recorrer el camino de la excelencia espiritual llegaron a verse a sí mismos como “nobles” del mundo. Ellos creían que era imposible que el crecimiento espiritual fuera compatible con una vida “normal”. En su opinión, la negación de sí mismo y la mortificación de la carne eran necesarios para el desarrollo y la perfección del espíritu. Inventaron ejercicios espirituales y prácticas ascéticas que eliminaban los deseos físicos y embotaban los sentidos del cuerpo. Consideraban que los bosques, montañas y otros lugares solitarios eran ideales para el desarrollo espiritual, porque el ajetreo y el bullicio de la vida interferían con sus meditaciones. Ellos no podían concebir el mundo del desarrollo espiritual sino a través del retiro, de alejarse del mundo.

Los hombres aprendieron a volar como pájaros, a nadar como peces, a correr como caballos e incluso a aterrorizar y destruir como lobos, pero no aprendieron a vivir como seres humanos nobles.

El Islam  propone un conjunto de métodos y procesos para el desarrollo del ser humano, no fuera de este mundo sino dentro de él. El lugar real para el crecimiento del espíritu está en medio de la vida, y no en lugares solitarios de hibernación espiritual.

El Islam juzga el desarrollo o la decadencia del alma. En su capacidad como regente  de Dios, el ser humano debe responder ante Él por sus actividades. Es su deber emplear todos los poderes que le han sido otorgados de acuerdo con la voluntad divina. Debe utilizar la mayor medida de todas sus capacidades y potencialidades que se le han brindado, para buscar la complacencia de Dios. En resumen, todas sus energías deben estar dirigidas hacia la regulación de los asuntos de este mundo en la forma en que Dios quiere que estos sean regulados. Mientras mejor haga esto una persona, con un sentido de responsabilidad, obediencia y humildad, y con el objetivo de buscar complacer al Señor, más cerca estará de Dios. En el Islam, el desarrollo espiritual es sinónimo de cercanía a Dios. De modo similar, una persona no podrá acercarse a Dios si es perezosa y desobediente. Y distanciarse de Dios significa, en el Islam, la caída espiritual y la decadencia del ser humano.

 

Desde el punto de vista islámico, por lo tanto, las esferas de actividad del hombre religioso y del hombre secular son las mismas. No solo ambos trabajan en las mismas esferas, sino que el hombre religioso trabajará con mayor entusiasmo que el hombre secular. El hombre de religión será tan activo como el hombre del mundo, de hecho, más activo en su vida doméstica y social, que se extiende desde los confines del hogar hasta la plaza de mercado, e incluso a las conferencias internacionales.

 

Lo que distinguirá sus actos será la naturaleza de su relación con Dios y los objetivos detrás de sus acciones. Todo lo que haga una persona religiosa, lo hará con el sentimiento de que debe rendir cuentas ante Dios, y que debe procurar asegurar la complacencia divina y que sus actos estén acordes con las leyes de Dios.

Una persona secular o laica será indiferente hacia Dios y guiará sus actos solo por motivos personales. Esta diferencia hace que el conjunto de la vida material de una persona de religión sea una empresa totalmente espiritual, y que el conjunto de la vida de una persona secular sea una existencia carente de la chispa de la espiritualidad.

El objetivo de las creencias y las leyes islámicas es la construcción seres humanos que van progresando interiormente hasta alcanzar la perfección espiritual. Dicho de otra manera, el objetivo del Islam es construir hombres y mujeres. Para alcanzar estos objetivos, se debe ir paso a paso, desde el estado espiritual más bajo hasta la plenitud. Los medios son el imán (la fe), que se deriva de las creencias islámicas y la ibadah (adoración de Allah), que se deriva de las leyes prácticas islámicas, hasta alcanzar un punto que el imán deviene yaqín y maarifa (certeza y conocimiento de Allah) y la ibadah presencia constante de Allah en el corazón.

 

Este camino es la integración coherente del instinto humano, el intelecto y los factores espirituales en un conjunto armónico. Es un camino que exige sacrificio, voluntad y constancia, y que se llama «purificación del alma.

 

continuara…

 

 

 

 

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